domingo, abril 18, 2010

Caligrafías

Payaso díscolo
dejaste las letras
quebradas
en un cenicero

la firmeza del vaso
cristal carcelero
de una coma que
se te atragantó

-como las putas-

la espera de las primas
en Balvanera
o en Berlín
silvando un tema
de Lou Reed
entre masita y masita

un sueldo que
no pasó a buscar
el té enfriándose,
y la tía

la incógnita,
el más hermético
para la borra del café
que se vió absorbida
por la porcelana

un futuro hecho
de futuros
no es algo que te consiga
un ascenso
ni en ibm
ni en the god’s company

-todo el placer que
cabe en un monedero
todo el dolor que cabe
en el espacio que deja
el placer en el monedero-

(acá debería ir la metáfora del río)

Un artificio
sobre otro artificio
negando la noción misma
de artificio
al negar la existencia de su opuesto,
de aquello que le permite ser.

-Ahora te quiero ver
si te animás a pasear
por la Chacarita
con los zapatos nuevos-

Poemas escritos a medias
en servilletitas manchadas con café
te colman los bolsillos,
no pesan,
obviamente,
no pesan.
No tendrían por qué pesar
cuando supusiste un mundo
que de tanto olvidarse
no tuviera en cuenta la gravedad.
Pero se te va desfondando
el forro.
Vas a cavar tu propia fosa
con garabatos pacifistas.

Artificio sobre artificio.

Que no se te olvide
ponerte la camisa
después de soltar la pala
a ver si San Pedro te dice
pibe, así vestido acá no entrás.