martes, marzo 30, 2021

A

como en la famosa cinta

como en la inercia de la lluvia

adentro es afuera y viceversa

reversibles y contiguos se mezclan

el color del sargazo y la transparencia

las algas en los tobillos y el peso 

de tu cuerpo alzado para que las esquives

el naranja de frente  la cerveza caliente

una imán regateado a carcajadas

y mi nombre bordado en el bolsillo 

                               del delantal



un mate que no terminé de preparar

porque te acercaste demasiado

la forma de estrujar el delantal floreado

con las uñas demasiado largas


y ese tu acercamiento, ese mate rengo

a ya más de diez años de viejos

propician aún la confluencia

y su discurrir

(lo habilitan, lo conforman deleite)


fue una tarea ayer

no tener ese mar

para qué mentir

una ardua tarea

no tenerlo,

pero entonces esa vuelta de la cinta

que en el retorcerse volvió 

a dejarme la imagen 

de la poca distancia entre las puntas

                                          de los pies

y del levantar de cejas y del choque

después 

de todo lo que había conocido 

contra algo imposible,

entonces esa vuelta

todo lo permite.