en las espaldas de los mares
sobre la luz mortecina
de dos o tres refugios
terrestres
llora el ventrílocuo
que asesina la noche
y es todo como un tango
silbado a la distancia
digamos Eslovenia
o Kazajstán
todo ese gusto a lágrima vieja
toda esa mentira de esperidina
toda esa derrota del signo
llorado a medias
en vasos de trago largo
llenos de espermicida