domingo, septiembre 03, 2006

Aborto

Ayer aborté un sentimiento, un pedazo de materia nervioafectiva nacido del encuentro de dos estructuras paralelas, del choque violento de dos realidad imposibles, de dos inexactitudes exasperantes, de dos escapistas eternos, de dos seres humanos. Me paré y vomité el feto-sentimiento sobre la mesa. Cuando volví hoy, todavía seguía ahí, inmóvil, inanimado, rodeado de un charco de sangre espesa. No me animé a quitarlo con un ademán rápido, y aún sigue ahí, una masa de carne a medio nacer, una imagen sin espíritu, una nada que quizás mañana sea literatura,
o grito.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi tambien me gusta muchisimo como escribis, lo que decis esta lleno de humanidades que se arrancan constantemente los ojos y el lenguaje para poder entenderse y quizas vivir, y eso es fantastico porque creas un paisaje lleno de imagenes bastante fuertes y muy vivaces.
Lastima que la verguenza venga en frasquito y que la realidad nos deforme tanto que tengamos que decir esto por este medio, pero al fin y al cabo tampoco es tan malo. No me acuerdo mi nombre de usuario del blog, ya que no lo actualizo nunca, asi que creo que voy a tener que hacerme uno nuevo y eso me da nostalgia.

las autoras dijo...

aborto
tiene
violencia llena de ternura.

me gusta aborto!
y gracias también por leer nuestros poemas

seguimos
haciendo
nuestro show off
firmándonos los blogs
g.

chicoverde dijo...

(mirámela a g por acá, eh)

Si, quise comprenderlo de esa forma. Negacion le dicen, je.

Abortar, tenia un compañero de cbc pintor q usaba esa metáfora constantemente.

Aborto.