Si tu nacer fue, imagino,
todo violencia en su llegar
qué diferencia con este
morirse de a pasos,
verter goteante la magra
limosna de los años,
este irte sin estar.
Qué distancia entre ese
abismal grito de primera caída
que vi, repetido y amplificado,
en otra muerte,
en toses de cantante de death metal,
en ese puño
idéntico y crecido
que antes apretara en el aire
novedad, incertidumbre
y al final quisiera retener
en su cerrazón sin fuerzas
eso mismo -y su reverso-
Qué lejanía entre ese grito
y este tu murmullo lamido
por el terco viento.
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