"Han cambiado los ojos por el lugar de los ojos,
una interminable mirada sin arrimo" Arnaldo Calveyra.
Le parezco
- a la hora
de la merienda-
oráculo en forma
de hombre
recientemente
casi del todo
nacido
parido por
la costumbre
de su memoria
fruto
de la composición
la yuxtaposición
de sus recuerdos
lo que cree
que fue
y que soy
me mezcla
me diluye
en otros
- en finados amigos-
con ellos
me engendra
lo acepto
lo creo
y me digo
que sí,
que ahora vendo morrones
y qué bien que me compré una moto.
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